Los 8 alimentos más perjudiciales para nuestro cerebro

Los alimentos que ingerimos pueden ayudar a proteger la salud de nuestro organismo, debido a los nutrientes que poseen y que ayudan a nuestro cuerpo a mantener sus funciones en el mejor estado posible. Una dieta adecuada contribuye a que el cerebro conserve su juventud y energía, al mejor desempeño de los procesos cognitivos como razonamiento, memoria y aprendizaje, a mantener alejadas las enfermedades cerebrales como las neurodegenerativas y a estabilizar nuestro estado de ánimo.

alimentos perjudiciales para el cerebro

Sin embargo, ¿qué ocurre cuando lo que consumimos no es lo que nuestro cuerpo necesita? Comer ciertos tipos de alimentos puede generar alteraciones en el organismo, bajar nuestras defensas y en especial menoscabar al cerebro, causando problemas neurológicos, afectando la memoria y desequilibrando el temperamento, por lo que conocer qué es aquello que debemos eliminar de nuestra dieta es necesario para cuidar la salud mental. A continuación, tienes una lista de los 8 tipos de alimentos perjudiciales para tu cerebro.


Azúcar y otros edulcorantes

azúcarConsumir azúcar en exceso siempre es dañino para la salud, ya que debilita la visión (envejecimiento prematuro de los tejidos que conforman los ojos), inhibe el sistema inmunológico y es uno de los factores que causan la obesidad. Pero además de todo eso, también puede afectar nuestro cerebro perjudicando la memoria, la capacidad de aprendizaje y hasta causando problemas neurológicos, por lo cual debemos reducir el consumo de edulcorantes artificiales, azúcar añadida y productos comercializados que los contengan en sus ingredientes como son los refrescos o bebidas energizantes, bebidas gaseosas, zumos o batidos.

En el caso de los edulcorantes, éstos provocan ansiedad, estrés y estimulan en exceso el funcionamiento de las glándulas suprarrenales. Aunque se suele sustituir el azúcar común por edulcorante por la creencia de que es más saludable, lo cierto es que, a largo plazo, no hay mayor diferencia entre uno y otro, pues ambos afectan las capacidades cognitivas como la memoria y el aprendizaje, además de que sobreexcitan la ansiedad.

 

Sal

salLos alimentos salados o con exceso de sal refinada (cloruro de sodio) son un riesgo para la salud, ya que son causantes de la hipertensión arterial que por supuesto afecta directamente al cerebro y de problemas como la retención de líquidos, sino que por su alto contenido de sodio aceleran el deterioro de las funciones cognitivas, así como la capacidad de razonamiento. La sal refinada o de mesa no es lo mismo que la natural (la cual es mucho más saludable) por lo que se recomienda no abusar de ella salando los alimentos solo lo necesario y reduciendo el consumo de otros comestibles con exceso de sal.

 

El ácido fosfórico de las bebidas gaseosas o carbonatadas

Aunque en sí, no es un alimento sino un componente químico que se añade a bebidas procesadas, es conveniente nombrarlo debido a su alto consumo tanto en niños como en adultos.

Las bebidas gaseosas tienen grandes cantidades de ácido fosfórico y sodio que generan hipertensión arterial que deriva en la circulación imperfecta por los vasos capilares del cerebro produciendo trastornos cerebrovasculares. También puede afectar seriamente la vista, el sistema renal, el corazón y los huesos (provoca más expulsión de calcio por la orina). Además, estas bebidas producen más sed debido a estos componentes, lo que nos lleva a beber más líquido gaseoso del que realmente necesitamos.

Estudios recientes indican como el consumo de bebidas gaseosas endulzadas producen con el tiempo reducción de la capacidad intelectual y enfermedades cognitivas y seniles. En algunos estudios se ha confirmado la reducción del cerebro en 1% frente a los que no lo consumían. La Universidad Tufts en Boston saca a la luz una investigación que confirma la muerte de millones de personas al año por el consumo de este tipo de bebidas. Enlaces a algunos estudios:

http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S155252601730050X

http://now.tufts.edu/articles/put-down-soda

 

Glutamato monosódico

glutamato monosódico o gmsEl glutamato monosódico, también abreviado como GMS, es una sustancia que se encuentra de manera natural en algunos alimentos, como la carne, las espinacas y los champiñones u hongos, pero también es un aditivo que resulta de un proceso químico para ser utilizado como potenciador de sabor de algunos alimentos procesados, y es esta sustancia la que puede perjudicar nuestra salud cerebral. El gms producido químicamente no puede ser liberado tan fácilmente lo que origina intoxicación de nuestro cuerpo. A la larga esta intoxicación produce enfermedades que afectan al hipotálamo y aceleran la pérdida de memoria.

El GMS se utiliza para mejorar químicamente el sabor de carnes procesadas, comida congelada, aderezos y otros productos, engañando al cerebro para hacerle creer que los alimentos procesados saben mejor y son por lo tanto más sanos. Pero además de eso, el consumo de glutamato monosódico puede causar algunos efectos secundarios como dolor de cabeza, espasmos musculares, alergias, ataques epilépticos y desequilibrar el estado de ánimo, causando depresión o ansiedad, debido a que es una neurotoxina que afecta al sistema nervioso, estimulando artificialmente las células cerebrales y agotándolas, acelerando el deterioro de las mismas.

Grasas saturadas

grasas saturadas y grasas transGrasas saturadas o grasas malas son uno de los alimentos que no deben ser nada frecuentes dentro de la dieta. Su consumo periódico y en poca cantidad no resulta perjudicial, pero si por el contrario se consume constantemente y/o en exceso, estas grasas no afectarán solamente el peso y el colesterol, perjudicando al corazón sino que también pueden influir negativamente en la salud de nuestro cerebro.

Las grasas saturadas se encuentran mayormente en la comida basura o también llamada comida rápida o comida chatarra, en las frituras y en productos provenientes de pastelería, entre otros. Las grasas saturadas e hidrogenadas presentes en estos tipos de alimentos desequilibran los niveles de azúcar en la sangre, generando, por lo tanto, cambios en el estado de ánimo y ansiedad. El exceso de este tipo de comidas también puede generar cansancio general en el organismo, o por el contrario, un subidón energético que se mantendrá por un tiempo para luego descender bruscamente.

La comida basura se relaciona frecuentemente con problemas de tipo cognitivo, tales como la agresividad, la irritabilidad y la hiperactividad y ansiedad mencionadas anteriormente. Por otra parte, el consumo de este tipo de comidas puede perjudicar también las proteínas del cerebro (dando lugar a que se formen proteínas de forma inadecuada que pueden provocar enfermedades neurodegenerativas), igual que los azúcares refinados, lo cual influye en condiciones tales como la depresión.

Las grasas trans, por otra parte, son consideradas negativas para la salud cerebral ya que podrían aumentar el beta-amiloide, una proteína que se encuentra entre las causantes de la enfermedad del Alzheimer debido a que es la responsable de la formación de placas amiloides. Además, el consumo constante de grasas trans afectan la memoria verbal y perjudican las capacidades cognitivas ralentizando los reflejos y la respuesta cerebral ante los estímulos. También, recientes estudios confirman que este tipo de grasas aumentan el riesgo de sufrir derrames cerebrales.

Entre las grasas saturadas que más afectan la salud cerebral se encuentran las frituras, que si bien son sabrosas y un tentempié que ayuda a aliviar los antojos, no deben ser constantes en nuestra alimentación, pues aumentan los niveles de colesterol que a su vez afectan a las arterias y vasos sanguíneos que conducen el oxígeno al cerebro, lo cual finalmente perjudica al órgano cerebral mediante enfermedades como la enfermedad cerebro vascular isquémica. Por otra parte, a largo plazo las frituras terminan por destruir las neuronas, disminuyendo nuestras capacidades de aprendizaje y memoria.

El consumo excesivo de comida rápida como hamburguesas, perros calientes y demás tienen una alta peligrosidad para nuestra salud general, incluyendo la salud de nuestra mente. El fácil acceso a este tipo de comidas es lo que hace que con frecuencia esté incorporada a la dieta de la mayoría de las personas que en medio de la ajetreada rutina requieren de un almuerzo o cena rápida, sin embargo lo ideal es buscar otras alternativas, ya que el ingerir este tipo de alimentos ocasiona cambios químicos en nuestro cerebro que pueden provocar adicción, además de que al afectar la producción de dopamina, el neurotransmisor responsable de mantener el equilibrio en nuestro estado de ánimo, con frecuencia llegan causar ansiedad y depresión.

 

Alimentos procesados

alimentos procesadosLos alimentos procesados o precocinados perjudican al sistema nervioso central, aumentando los riesgos de sufrir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o demencia. Este tipo de alimentos contiene la mayoría de los aspectos comentados hasta ahora: poseen alto contenido de azúcar, sal y aceites hidrogenados, todos elementos que se deben evitar dentro de nuestra dieta para procurar la buena salud de la mente. 

Entre los alimentos procesados a evitar se encuentran los productos curados. El curado es el proceso de sazonado y conservación de alimentos tales como la carne y el pescado que se hace añadiendo sal, azúcar y otros elementos; el  ahumado es otro método que también puede ser utilizado en el proceso de curado. Algunos productos curados como el jamón serrano, el tocino o bacon, suelen contener abundantes cantidades de grasa y sal, lo cual puede ocasionar retención de líquido en las personas, además de otras afecciones cognitivas, como el cansancio cerebral o el desequilibrio emocional.

 

Alcohol

bebidas alcoholicasEl alcohol no aporta nutrientes para el organismo, solo es una fuente extra de calorías para nuestro cuerpo, y junto al cigarrillo, una de las sustancias más adictivas y nocivas para el ser humano. Además de los conocidos efectos perjudiciales del consumo excesivo de alcohol para nuestro sistema digestivo, ejerce también una influencia bastante negativa para el órgano cerebral.

En principio, el alcohol afecta la zona prefrontal de nuestro cerebro, que es el área que controla las funciones de acción y ejecución, como el desarrollo de estrategias, las ideas, la planificación, la memoria de trabajo o de aprendizaje, la atención selectiva y el control de la conducta. También puede provocar la alteración de otras áreas relacionadas al comportamiento y las funciones motrices. Por otra parte, resulta evidente que el alcohol influye negativamente al cerebro ya que produce los dolores de cabeza bien conocidos como “resaca”, causa mareos, altera la actitud, desequilibra el estado de ánimo y produce pérdidas de memoria momentáneas. Aunque estos efectos desaparecen en horas, si se bebe alcohol en exceso puede dañar permanentemente las funciones cognitivas.

Finalmente, aunque el mito de que el alcohol “mata” neuronas no es cierto o al menos no ha sido comprobado, la realidad es que sí las deteriora, puesto que influye en la conexión entre las neuronas y menoscaba las dendritas en ellas, encargadas de transmitir información al cerebelo; todo esto puede producir otras condiciones negativas para el órgano, como la atrofia cerebral. Y, si el hígado, afectado por el alcohol, no filtra las toxinas apropiadamente, estas pueden dirigirse al cerebro y ocasionar una encefalopatía hepática.

 

Cafeína

bebidas con cafeínaLa cafeína es un alcaloide que produce cambios químicos en el cerebro, ya que tiene un efecto estimulante que altera directamente al sistema nervioso al inhibir la adenosina, la sustancia responsable de que percibamos el cansancio. Aunque no es ningún mal beber café antes del trabajo o las clases para ayudarnos a estar concentrados, lo ideal es reducir al mínimo la cantidad de café que bebemos diariamente, pues como todo lo anterior, abusar de la cafeína perjudica nuestro cerebro. Algunos de los efectos que puede causar el exceso de cafeína son los dolores de cabeza, alteraciones en el humor, ansiedad, agitación o sobre-estimulación, confusión y trastornos del sueño. Aunque en una primera instancia la cafeína nos despierte y estimule las funciones cerebrales, el abuso en el tiempo puede producir adicción y disfunción en la actividad cerebral que nos impida de forma natural ir a trabajar, estudiar o cualquier otra actividad cuando no consumimos dicha cafeína.

 

Conclusión

Siendo la alimentación una necesidad, está claro que lo que comemos puede ayudar o perjudicar nuestro cuerpo, y esto no excluye al cerebro. Una buena dieta es necesaria para que nuestro organismo funcione adecuadamente y se mantenga saludable, y si queremos mantener una mente igualmente sana, joven y activa aún en la vejez, empezar por cuidar lo que comemos es la clave.

Aunque está claro que algunos alimentos específicos producen efectos más negativos que otros mientras que existen aquellos que, al contrario, son ideales para mejorar el rendimiento cognitivo, lo recomendable no es pensar en ellos de manera individual, sino enfocarse en la dieta completa. Qué incluir y qué no, qué ingerir diariamente y qué podemos comer esporádicamente, qué reducir y qué aumentar en nuestra ingesta diaria es lo que hará que los componentes, vitaminas y nutrientes en general de los alimentos que consumamos interactúen con el cuerpo, beneficiando a la salud general.

Es importante recordar que todo en exceso es malo, por lo que el alcohol, la cafeína, el azúcar refinado o añadido, la sal de mesa, las bebidas gaseosas, los alimentos con glutamato monosódico y las grasas trans deben ser si no eliminados de la dieta, al menos reducidos al mínimo, aumentando, por el contrario, el consumo de vegetales, legumbres, frutas y granos. Estos alimentos nocivos para nuestro cerebro, pueden ser difícil eliminarlos totalmente de nuestra dieta, pero podemos llegar a hacerlo de forma progresiva consumiéndolos de forma moderada hasta eliminarlos con el tiempo de nuestra ingesta diaria. Durante este proceso hacia una mente sana, recomendamos ingerir diariamente un tentempié de nueces y almendras para mejorar la memoria y las funciones cognitivas.



Autor: © PSIGUIDE